Aspectos que mejorar.
1) Periodicidad. Tras suspender un examen el opositor no sabe cuándo tendrá otra oportunidad. Puede que en 6 meses convoquen o puede que no vuelva a examinarse hasta dentro de dos años. "¿Me apunto a registros? ¿Me pongo a trabajar un año? A ver qué comentan las gestorías".
2) Incertidumbre en las fechas de los orales. El sorteo tiene lugar un mes antes del primer oral así que, a un mes de empezar, nadie sabe el mes en el que se examinará. A un mes de examinarse, nadie sabe la semana. A una semana de examinarse, nadie sabe el día: te pueden llamar un miércoles y examinarte un lunes. E incluso en el mismo día del examen, no se sabe si todos se retirarán y te examinarás a las 17:00 o si todos "aguantarán la hora" y entrarás a las 21:00.
Eso de llamar a 16 para el lunes, que vengan los 16 a presentarse al bedel y que éste te diga "tienes a 10 por delante, yo creo que no te toca pero quédate por aquí" me parece innecesario. Peor, me parece una ventaja para el que va el primero y se examina "fresco" frente al que se echa la tarde-noche en el pasillo y le dicen "vuelva usted mañana".
3) Uniformidad de criterio. ¿Qué se pide en un tema de urbanismo? ¿Cuánta profundidad necesito en los temas de foral? A algunos les parece enriquecedor que cada academia tenga sus propios temas para la oposición y que luego cada opositor los ajuste a su gusto o al del preparador. Esto provoca que a mí me parezcan importantes las disposiciones transitorias de la LAU y otros crean que eso no tiene ya ningún interés.
Que un tribunal te apruebe por la literalidad y otro te suspenda porque has dicho los artículos pero parecía que no los entendías. Que un tribunal te exija 6 minutos de contenido concreto de fiscal y a otro le valga con los principios tributarios. Que uno admita 22 minutos de censos y otro te excluya por ello.
Que un tribunal te apruebe por la literalidad y otro te suspenda porque has dicho los artículos pero parecía que no los entendías. Que un tribunal te exija 6 minutos de contenido concreto de fiscal y a otro le valga con los principios tributarios. Que uno admita 22 minutos de censos y otro te excluya por ello.
Posibles soluciones.
1) Periodicidad. Sería estupendo que un año se convocara registros y al siguiente notarías. Mejor aún, la aproximación de programas entre notarías y registros plantea la conveniencia de unificar ambas oposiciones. Son profesiones distintas, sin duda, pero también son profesiones distintas la de juez y la de fiscal y se accede por el mismo camino.
2) Incertidumbre en las fechas de los orales. Aquí hay varias cuestiones.
Quizás convendría que hubiera 4 o 5 meses entre el sorteo y el primer ejercicio, para tener margen de maniobra.
Quizás no es necesario hacer un sorteo específico para notarías y seguir el régimen general previsto para el Personal al Servicio de la Administración General del Estado. El 11 de febrero de 2015 se publicó el resultado del sorteo correspondiente y se dijo que:
Quizás convendría que hubiera un test, de forma que hubiera menos opositores para el oral y se redujera el perturbador efecto de "no tengo ni idea pero me apunto". Hay opositores que van por primera vez, con una bola acumulada, cantan un tema y se retiran. Han pagado la tasa y están en su derecho. Yo mismo he recomendado esta práctica, como entrenamiento, porque la veo útil para el opositor pero, para el sistema en su conjunto, no veo la ventaja de que haya opositores que se apuntan y no van o van pa ná.
Quizás convendría que hubiera 4 o 5 meses entre el sorteo y el primer ejercicio, para tener margen de maniobra.
Quizás no es necesario hacer un sorteo específico para notarías y seguir el régimen general previsto para el Personal al Servicio de la Administración General del Estado. El 11 de febrero de 2015 se publicó el resultado del sorteo correspondiente y se dijo que:
el orden de actuación de los aspirantes en todas las pruebas selectivas en la Administración General del Estado que se convoquen desde el día siguiente a la publicación de esta Resolución, hasta la publicación del resultado del sorteo correspondiente al año 2016, se iniciará por aquellos cuyo primer apellido comience por la letra «J».Si me apellido García ya sé que iré de los últimos y si me apellido Jiménez iré de los primeros, sin necesidad de esperar a que queden 30 días para empezar.
Quizás convendría que hubiera un test, de forma que hubiera menos opositores para el oral y se redujera el perturbador efecto de "no tengo ni idea pero me apunto". Hay opositores que van por primera vez, con una bola acumulada, cantan un tema y se retiran. Han pagado la tasa y están en su derecho. Yo mismo he recomendado esta práctica, como entrenamiento, porque la veo útil para el opositor pero, para el sistema en su conjunto, no veo la ventaja de que haya opositores que se apuntan y no van o van pa ná.
Quizás no sea necesario poner un test. Quizás basta con llamar a 4 por día y asumir que, si no viene nadie, pues no ha venido nadie, pero si a usted le llamé calculando que le tocaría el jueves no hace falta que venga el martes por si acaso.
3) Uniformidad de criterios. En notarías, a diferencia de otras oposiciones, no hay un temario comúnmente utilizado. Hay oposiciones donde la costumbre es "estudiar por carperi" (¿registros?) así que, más o menos, todo el mundo sabe qué es exigible. Precisamente, ahora que estamos en una época de renovación del temario se observa claramente cómo cada academia, cada grupo de preparación, cada opositor, va a su aire.
Algo que podría ayudar a esa uniformidad de criterios es una estabilidad en el tribunal. Cuando leía entrevistas a grandes del notariado solían decir que habían estado en 3 o 4 tribunales de oposiciones. Según leo en la web del Ministerio de Justicia, el actual DGRN, Gómez Gálligo, ha sido seis (¡6!) veces Presidente del Tribunal de registros (y una más, Secretario). Parece que esto ayuda a la estabilidad en el criterio del tribunal. Seguramente esta práctica tiene algún inconveniente pero ahora mismo no se me ocurre (salvo el sacrificio del que repite una y otra vez como miembro del tribunal).
Algo que podría ayudar a esa uniformidad de criterios es una estabilidad en el tribunal. Cuando leía entrevistas a grandes del notariado solían decir que habían estado en 3 o 4 tribunales de oposiciones. Según leo en la web del Ministerio de Justicia, el actual DGRN, Gómez Gálligo, ha sido seis (¡6!) veces Presidente del Tribunal de registros (y una más, Secretario). Parece que esto ayuda a la estabilidad en el criterio del tribunal. Seguramente esta práctica tiene algún inconveniente pero ahora mismo no se me ocurre (salvo el sacrificio del que repite una y otra vez como miembro del tribunal).
Otras consideraciones.
Una cuestión de cierto enfrentamiento es la importancia de la antigüedad en la oposición. Para algunos, llegar tres veces al dictamen debe otorgar algún tipo de preferencia frente a los novatos. Para otros, quien haya suspendido 5 veces debería dejarlo ya.
A algunos les preocupa que el contenido del programa sea incompleto. Echan en falta informática, derecho laboral, inglés y quizás, ahora, topografía. A mí la inclusión de estas materias en el programa no me convence. ¿Es mejor saber inglés o conocer el derecho de sucesiones inglés? ¿Es mejor conocer los fundamentos del blockchain o dominar la tributación de la vivienda familiar? ¿Es mejor notario el que sabe interpretar coordenadas catastrales o el que está familiarizado con la contabilidad? Todo lo anterior me parece muy interesante y útil pero a base de incluir cosas en el programa puede desnaturalizarse el núcleo "notarial".
Para acabar, en posición minoritaria, aquellos que creen que además de orales y dictámenes deberían incluirse otro tipo de pruebas. Ya he dicho que a mí me parece buena idea el test. No soy partidario, sin embargo, de la entrevista personal ni de sumar puntos por méritos extra-opositoriles (másters, licenciaturas, experiencias laborales, etc.).
PS. Tenía el post preparado para publicar y justo veo que anoche en Transparencia Notarial hablaron del asunto http://transparencianotarial.es/la-reforma-de-las-oposiciones-libres-algunas-ideas/
Una cuestión de cierto enfrentamiento es la importancia de la antigüedad en la oposición. Para algunos, llegar tres veces al dictamen debe otorgar algún tipo de preferencia frente a los novatos. Para otros, quien haya suspendido 5 veces debería dejarlo ya.
A algunos les preocupa que el contenido del programa sea incompleto. Echan en falta informática, derecho laboral, inglés y quizás, ahora, topografía. A mí la inclusión de estas materias en el programa no me convence. ¿Es mejor saber inglés o conocer el derecho de sucesiones inglés? ¿Es mejor conocer los fundamentos del blockchain o dominar la tributación de la vivienda familiar? ¿Es mejor notario el que sabe interpretar coordenadas catastrales o el que está familiarizado con la contabilidad? Todo lo anterior me parece muy interesante y útil pero a base de incluir cosas en el programa puede desnaturalizarse el núcleo "notarial".
Para acabar, en posición minoritaria, aquellos que creen que además de orales y dictámenes deberían incluirse otro tipo de pruebas. Ya he dicho que a mí me parece buena idea el test. No soy partidario, sin embargo, de la entrevista personal ni de sumar puntos por méritos extra-opositoriles (másters, licenciaturas, experiencias laborales, etc.).
PS. Tenía el post preparado para publicar y justo veo que anoche en Transparencia Notarial hablaron del asunto http://transparencianotarial.es/la-reforma-de-las-oposiciones-libres-algunas-ideas/
Muy buen entrada. Yo también creo que hay muchas cosas que mejorar. Ya va uno con suficientes nervios como para encima estar todo el día pendiente de si te convocan o no, de si la gente se retira o no.
ResponderEliminarEn mi caso, mi preparador estaba convencido que me tocaría la semana siguiente a la que me examiné. Tenían que convocar el lunes pero era festivo y hasta el martes al finalizar la sesión (era sobre las 23h) no me convocaron para el jueves. Me tuve que poner como una loca a buscar el vuelo y confirmar el hotel (que para colmo estaba completo, menos mal que me lo pudieron arreglar y me mandaron a otro). En teoría era la cuarta del jueves, así que pasé todo el jueves haciendo pasillo para que al final me dejaran para la segunda del viernes (esa semana mi tribunal se olvidó decir que iba a examinar el viernes) porque se examinó gente que no estaba apuntada en las listas de la gestoría.
La verdad es que estas oposiciones son muy duras en todos los sentidos, no sólo el contenido, sino también en el modo de examinar y organizar el examen.
ResponderEliminarTOTALMENTE de acuerdo en que el sorteo debería de ser antes, mucho antes de empezar los orales, no es lo mismo el numero 1 que el 600 para organizarse. y todos sabemos que la organización es fundamental para llegar al examen con todo sabido pero no machacado físicamente hasta el punto de cagarla pero bien.
Y en la manera de convocar…ahí podríamos escribir miles de opiniones… yo tengo que decir (aunque muchos me critiquen) que en las ultimas oposiciones de Registros Galligo lo hizo muy bien. No sólo que convoco por días (es decir el viernes sacaba la convocatoria xa el miércoles, jueves y viernes diciendo quienes iban cada día, evitando así pasillos) sino que después empezó a hacer convocatorias completas xa lo que quedaba de ejercicio , yo sabia que me examinaba x ejemplo el 13 de junio a principios de mayo… un lujo!
Siempre puede haber variaciones, un día arriba o abajo, al ser orales es lo que tiene; pero se cumplieron casi siempre.
Contras, para cumplir esto hubo días que examinaron hasta muy tarde, y examinares a las 22:30 de la noche no le hace gracia a nadie, por que indudablemente ni tu ni el tribunal tenéis la misma frescura mental.
Pero esto es como todo… se pueden cambiar mil cosas y dejar otras como están…pero nunca lloverá a gusto de todos.
Ahora que he vivido las dos oposiciones, me quedo con la forma de convocar de la ultima de Registros , pero es mi opinión.
Esa convocatoria, con tanta antelación, me pareció magnífica.
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