miércoles, 2 de diciembre de 2015

Notarios desnudos, por Francisco Rosales

Por más que el nombre de este post os suene raro, tengo que confesar que no sólo conozco el caso de uno, sino el de dos Notarios desnudos; aunque probablemente la historia que ahora comparto con vosotros no tenga mucho que ver con lo que en un principio habéis pensado, pero el post que acabo de leer de mi compañero Justito el Notario (obviamente es un nick) sobre la manta, me ha recordado esta anécdota.

Todo arranca con un opositor a Notarías que había aprobado su primer examen oral, y se iba para "los madriles" a hacer el segundo de los exámenes orales que hay que pasar en las oposiciones a Notarías.

Se me había olvidado comentaros que ese opositor era yo; y que ya había pasado unas oposiciones en Valencia en las que había aprobado el primer oral, pero me habían suspendido el segundo (de hecho es el único examen oral de los ocho que he realizado en el que me han suspendido).

Llevaba meses estudiando, y ya había hecho antes el examen, por lo que me encontraba seguro; por eso decidí acudir a la primera convocatoria (en mis oposiciones cada examen tiene un primer llamamiento -al que suelen acudir los más preparados- y un segundo llamamiento -al que acuden los menos preparados, o los que han tenido pánico escénico al primero-).

De hecho era el primer día de la vuelta voluntaria, y había sido convocado a las nueve y media de la mañana; comprobé que delante mía había seis o siete que se presentaban, y en un examen voluntario pocos son los retirados o excluidos, por lo que tuve claro que yo esa mañana no me iba a examinar.

Aparece en ese momento una figura propia de las oposiciones, el acompañante.
Ese acompañante era mi padre, del que ya he escrito en mi blog aquí y aquí, y que también es Notario.

Jamás me lo ha dicho, pero supongo que siempre tuvo la ilusión de tener un hijo Notario, es más que ese hijo Notario fuera yo (a fin de cuentas llevo su nombre, igual que el lleva el de su padre) de hecho ni me llamo Francisco Rosales de Salamanca, pues fue mi padre quien nos unió de jóvenes los apellidos a los hijos, quizá con ese motivo.

Quizá fuera necesario hacer un post sobre los acompañantes de los opositores, el sufrimiento que llevan encima, y la difícil tarea que tienen de dar serenidad simplemente estando junto a alguien que hagas lo que hagas jamás estará sereno, pero eso será otro día, o lo dejaré para otras personas.

Lo cierto es que siendo las nueve y durando el examen entonces 45 minutos, parecía más que claro que yo no me examinaba esa mañana, y que no sabíamos si habría examen por la tarde, por lo que mi padre (perro viejo en estas lides) me dijo "vete al hotel, que está a cinco minutos, relájate, y si pasa algo te pego un telefonazo, si no ven sobre la una y vamos a comer" (huelga decir que en el año 94/95 no había móviles, y que el hotel era la pensión Jamic -que más de un opositor conocerá-).

Siendo la una menos algo, fui al Colegio Notarial de Madrid, y ahí estaba mi padre. Me comentó que tenía dos por delante y que el que se estaba examinando estaba a punto de terminar, pero que el tribunal había dicho que tras la comida continuarían los exámenes. Efectivamente terminó el chaval y llamaron al siguiente.

Sabía que como pronto terminaría sobre las dos, y que por tanto (el examen era oral y duraba 45 minutos) cuando acabara pararía el tribunal a comer, por lo que le dije a mi padre "Papá no he descansado nada, mejor nos vamos a comer", "no seas burro y espera, nadie sabe que puede pasar".

Sinceramente no lo entendía, era un examen obligatorio, muy seguro tiene que estar quien se presenta a él, pero le hice caso.

Termina cerca de las dos el que se estaba examinando, todos esperábamos que el bedel convocara para por la tarde, y todos sabemos que tiene la lista de los presentes, por lo que llama a todo y cuando llega al presente, dice que se suspenden los exámenes hasta tal hora.

Efectivamente empieza a leer la lista, pero cuando llega el momento de suspender los exámenes llama al que estaba justo delante mío. Ver la cara del chaval (cuyo nombre no revelaré, pero que no olvido, y jamás supe si aprobó o no las oposiciones -desde luego ese día suspendió-) era todo un poema, de una cara relajada, a un blanco que sólo he visto en opositores en el pasillo, y muertos.

En todo caso, era claro que no me iba a examinar, pero el bedel para y dice "Por favor un momento hasta que entre el opositor"......Todos paramos. Entró el opositor, y el bedel suelta a bocajarro "De parte del tribunal que se suspende el examen hasta la tarde, pero que si por cualquier motivo este opositor se retira o es eliminado entra el siguiente".

¡¡¡EL SIGUENTE ERA YO!!!, ahora la cara se me había cambiado a mi; comentar los exabruptos que me vinieron a la mente está fuera de la más mínima decencia, pero sobre todo ... ¡había ido con unos vaqueros verdes, y los exámenes son de chaqueta y corbata!.

"Papá, por amor de Dios ... tu chaqueta y tu corbata". No dudó mi padre en quitársela y dármela, por lo que me senté y decidí relajarme, más caí en un detalle....los vaqueros verdes. "Papá ... ¿.tu crees que con estos vaqueros puedo examinarme?". "Ven conmigo hijo". Al fondo del pasillo en un cuartucho, todo un señor notario se quitó sus pantalones, y los cambió por unos vaqueros verdes de su hijo, que por otra parte era incapaz de abrocharse, y así durante cuarenta y cinco minutos a la puerta del tribunal, un Notario vestido de adolescente (tapándose con una gabardina los calzoncillos, pues os acabo de comentar que el vaquero no le cabía en la cintura), y un opositor vestido de Notario se dispusieron a esperar.

Sólo a mitad de tiempo, cuando me levanté a fumar un cigarro, mi padre cayó en el detalle y me dijo ..."Paco ven conmigo". Fulminantemente me quitó el escudo de Notario que él llevaba en la solapa de su chaqueta, y con el que sin darme cuenta estaba dispuesto a enfrentarme al tribunal..."No creo que el tribunal entienda que te atrevas a entrar con este escudo".

El opositor hizo su examen completo, yo me examiné por la tarde vestido con mi propia ropa, de hecho eso de que el tribunal sólo parara una hora para comer, también tuvo su anécdota, pues ver que tu haces un examen mientras el presidente se pega una siesta delante de tus narices es algo que no entiendo como pude aguantar (salvo porque me sabía perfectamente el examen y Joaquín Serrano me había preparado para ello -quizá por eso saqué una nota brillante, pese a todo, en ese examen-), sin embargo, como dice mi amiga la letrado Doña María Jesús Montero Gandía, eso, y otros exámenes ... eso es otra historia.

Francisco Rosales, @notarioalcala

16 comentarios:

  1. Muy buenas.

    Quería decirte que me encanta tu blog y lo sigo fielmente. A este respecto, queria hacerte dos preguntas. He leído en otra entrada que empezaste a opositar con 29. Qué te motivó a empezar a preparar una oposición que no todo el mundo aprueba? No tenías miedo a suspender? cuántos años tardaste?

    Gracias

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    1. He empezado a redactar una respuesta y se me va de largo. Contestaré pronto con una entrada específica.

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    2. Gracias. Espero que salga pronto.

      Saludos.

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  2. Paco eres inenarrable! Me ha gustado mucho esta anécdota, todos tenemos alguna de esos pasillos fuera cual fuera el resultado!!

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  3. Queridos Paco y Marcos. Y yo que presumía de mis cinco orales aprobados y va Paco y resulta que tiene siete¡ Que bárbaro. Vaya par. Por lo demás la historia es desternillante como pocas.
    Es una buena idea lo del post de los acompañantes. Mi record personal es de 6 acompañantes. Alguien da más? Un abrazo. Justito El Notario

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  4. Pues debo de ser rara yo prefiero hacer sola el pasillo!! Aunque como en registros , tengo amigas trabajando ya ahí...siempre se pasan a verte!! Pero no llevo a nadie, prefiero estar yo sola!!

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  5. Me podría decir alguien las difrencias entre acabar una oposición y en la ss, quiero decir si es de verdad una situacion muy grave, se nota uno siempre desps pospuesto con respecto a sus amigos q terminaron en la anterior!!

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    1. La diferencia entre aprobar en una convocatoria y en la siguiente se notará siempre en los concursos (hasta que hagas restringidas). También, inevitablemente, en la experiencia: habrá gente que lleve uno o dos años cuando te enfrentes a las dudas de tu primer número. Finalmente, también se puede notar en la solvencia económica: unos ya irán con trajes medio buenecitos y otros todavía andarán con el que se compraron para la fiesta de fin de curso de COU.

      DIcho esto, ni es "una situación muy grave" ni debe "amargar un poco". Esto se ve claramente al pensar en los que van a aprobar después que tú o, peor, en los que han tenido que dejar la oposición.

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  6. Hola amig@: En una oposición como la de notarías eso no tiene la menor importancia. En mi promoción el más joven tenía 25 años y el mayor tenía 40. Creo que a nadie le preocupa eso. Animos y un saludo. Justito El Notario.

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    1. Gracias...si puede ser...pero a mi si me amarga un poco

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    2. ¿Qué te amarga? ¿ser Notario? ¿conseguir lo que querías?, no hay diferencia entre aprobar una oposición y la siguiente, la diferencia está entre aprobar y no aprobar.

      Cree que he visto a amigos aprobar antes que yo, y me he alegrado, también he visto a amigos no conseguirlo; lo segundo es lo que me preocupa, aunque a estas alturas tengo la suerte de poder decir que todos esos que se quedaron en el camino (algunos de los cuales considero más brillantes que yo) hoy tienen buenos trabajos (y nadie te garantiza eso, créeme).

      Si te sirve de algo, y con la autoridad moral que me dan tres cates (en uno de los cuales fue un dictamen en Registros de la Propiedad donde por puntuación entré siendo el quinto y salí suspenso) Rafael Leña, siempre me decía "Paco, las lágrimas para cuando llores, ahora me importa un comino cómo te encuentres, porque lo único que tienes que hacer es estudiar para salir de donde te encuentras, y el tiempo que dediques a pensar o llorar se lo quitas al estudio o al descanso".

      No es una frase hecha, simplemente es verdad que el peor enemigo de un opositor es él mismo; y no dudes que tras diecisiete años de ejercicio profesional también puedo decirte que ese es el mismo enemigo que tiene todo Notario.

      Comprendo que mis palabras pueden ser muy duras (cree que hablo por experiencia, que hace casi veinte años de aquello, aún no lo he olvidado, y que no sólo yo, sino mi propio padre que es Notario jubilado, aún tenemos pesadillas con las oposiciones).

      Nadie te dijo que fuera fácil, de hecho, creo que puedes comprobar que no lo es; sin embargo tampoco lo es el ejercicio de la profesión.

      Si te sirve de ayuda, yo trato de centrarme más en el corto plazo, en los pequeños triunfos del día a día, en el que cumples con el programa que te has propuesto, más que en la guerra en su conjunto; a fin de cuentas es una guerra de muchas pequeñas batallas, que sólo de ti depende convertir en grandes victorias.

      Mucho ánimo, y cree que si alguien como yo lo ha conseguido, no es ni tan difícil, ni tan importante ser Notario.

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  7. Genial!!! Ahora esos momentos tuvieron que ser de angustia tremenda...Fantástica la idea de este tipo de post! :)

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  8. Siguiendo lo mencionado de los acompañantes...
    Soy uno de ellos, un sufridor, evidentemente en menor escala que el opositor, pero que pasa los nervios como puede y tratándolos de disimular ante el opositor y más aún cuando es tu pareja quien se presenta, que como quien dice tiene el derecho de mandarte lejos en cuanto hagas algo que no le parece bien.
    Vivo con mi pareja, un amor de persona que va transformándose a una esquizofrénica según pasan las semanas y se aproxima el examen. Siempre pensé que las semanas previas al examen serian duras y delicadas pero no tanto.
    El viaje de 8 horas desde nuestra casa al Colegio Notarial, en este caso de Córdoba a Barcelona, fue en completo silencio, la tensión se podía cortar con un cuchillo, el más mínimo ruido o frenada iba a ser castigada por aquel ogro cubierto de temas y de mirada perdida.
    Llegados al Hotel creí que todo se tranquilizaría, pobre iluso… recuerdo que iba caminando como si llevara un chaleco bomba y que en cualquier momento podría estallar. Aguantaa! Aguantaa! Me decía a mí mismo, todo tiene su recompensa.
    Era la numero 9 del día siguiente, la típica incertidumbre de si te tocará ese día o será al próximo, recuerdo que se tiró estudiando hasta las 3 de la madrugada, intenté aguantar pero el cansancio me pudo, recuerdo antes de cerrar los ojos ver toda la cama el escritorio el suelo absolutamente todo lleno de temas y despertar 30 min más tarde escuchando llantos..
    -Qué te pasa?
    -No me acuerdo de nada!!
    -Como?? Anda ya… eso son los nervios, estas saturada tu cabeza necesita descansar… ven duérmete.
    Lo que toca.. Hacer de psicólogo-amigo y hacerla comprender que el descansar es tan importante como estudiar… y conseguirlo es un mérito.

    Al día siguiente no se examinó, así que a aguantar otra noche igual, al final el primer examen lo aprobó con nota, pero en el segundo se salió.
    Hemos ido a dos convocatorias, la sensación de suspender, el camino de vuelta, el grado de desilusión, el pensar que hay que empezar de nuevo, que a saber cuándo vuelven a convocar… todo eso solo lo sabe quién ha pasado por ahí, tantas horas, tantas ilusiones, tantos planes flotando que en 1 minutos se van por el retrete y es cuando te haces la pregunta…¿Qué hacemos? Lo dejas o quieres seguir intentándolo?
    Como ya se sabe, novia de opositor no es mujer de notario, espero que estos esfuerzos que se hacen por aguantar y mucho al opositor, un futuro próspero se tenga en cuenta y se valore a la persona que fue de tu mano por el aburrido infierno que es esta oposición.

    Un saludo

    Jesús Fernandez.

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    1. Este comentario, por su interés, lo convierto en post. Un abrazo, Jesús.

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  9. Estimado Jesús:
    Estoy de acuerdo con Marcos en que el comentario de Jesús tiene la suficiente entidad para convertirse en un post. Refleja la situación que vivimos los opositores y los que nos rodean a la perfección. Seguro que hay excepciones, para mejor y para peor, pero la generalidad nos sentimos, se sienten así.
    No había oído lo de "novia de opositor no es mujer de notario", pero es cierto que se producen unas cuantas rupturas al terminar la oposición y creo que la culpa es fundamentalmente del opositor. Lo importante es la felicidad no cabe duda, pero algunos casos rayan el daño moral y la indemnización de daños y perjuicios.
    Ánimo y hay que seguir porque el que la sigue la consigue, porque el que resiste gana y todas esas cosas que habitualmente se dicen, siempre que haya salud y dinero para mantenerse como estudiante. Un abrzo. Justito El Notario.

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  10. Estimados Paco, Jesús y Marcos:
    Yo he sido como opositor más de los que necesitaban paños calientes, buenas palabras y mucha pomada. La mano de hierro y la disciplina militar ("no me llore soldado, no me llore"), no iba conmigo. Me aplicaron una cosa y la otra. Cada preparador hizo lo que pudo y el resultado es que tras casi 11 años y 5 convocatorias firmadas (nunca firmé Registros) aprobé. Tal vez lo que yo necesitaba era la mano de hierro en guante de seda. En fin, que ánimo a Jesús y a su novia, que hay que tirar palante y que si la salud, el dinero y el amor lo permiten, seguro que acaba aprobando. Abrazos. Justito El Notario.

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